Cuando no tienes nada que hacer...
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Cuando no tienes nada que hacer...
Shoichi se había levantado temprano aquel día. Había estado estudiando en su habitación del internado y después había ido a comer. En pocas ocasiones salía del internado, pero aquel día le había venido de gusto pasear un rato por la ciudad. Al fina, como no, había acabado dentro de la biblioteca, que, para ser sinceros, parecía su habitad de vida natural. El chico no se esforzó en buscar un libro, simplemente se dirigió a una estantería de las del fondo del todo y cogió uno cualquiera, se encaminó hacia una mesa que quedaba pegada a un ventanal, escondida entre dos grandes estanterías. Se sentó en la primera silla que encontró, junto a la ventana y miró afuera. Cuando estuvo sentado y acomodado miró la portada del libro. Sonrió al ver el título, un viejo clásico que él ya había leído, "El Padrino" vaya libro para dar. Sonrió abriéndolo por la primera página y comenzando a leer.
Shoichi- Estudiante
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Fecha de inscripción : 17/11/2010
Re: Cuando no tienes nada que hacer...
No tenía gran cosa que hacer aquél día, así que decidí ir a la biblioteca a ver si encontraba algo interesante. Entré y eché un vistazo, no habían muchas chicas, y guapas aún menos. Qué se le podía hacer... Al final, terminé por buscarme algún libro de recetas, para ver de cuantas formas se podía cocinar con patatas fritas. Cuando cogí el libro, me senté en la primera mesa que encontré, y había otra persona. Estaba leyendo El Padrino. -Estas leyendo un buen libro~ Aunque los mafiosos no sean personas muy, digamos... Decentes- sentencié.
Angelus Heffernan- Anarquista
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Re: Cuando no tienes nada que hacer...
Shoichi estaba totalmente enfrescado en su lectura. No se percataba de nada de lo que ocurría a su alrededor, igual que tampoco se percataba de que él tiempo iba pasando rápidamente. Él simplemente leía. Era una de las pocas cosa que hacía sin repara en el tiempo que gastaba. Pasaba una página tras otra con una rapidez estable. Siempre al mismo ritmo. Un párrafo, luego otro, con tranquilidad. Se tomaba su tiempo imaginando todas las escenas, le gustaba aquello. Sin embargo, una voz a su lado le sacó de su mundo literario. Escuchó la voz, mas no se percató de que le decía. Levantó la cabeza del libro, se acomodó las gafas y miró al hombre que estaba allí, él era probablemente quien había hablado, pues no había nadie más a los alrededores. Levantó las cejas, pero mantuvo sus labios en un gesto inexpresivo que le hacía parecer arrogante, mas no era su intención. El pobre, no tenía don de gentes.
-¿Perdón? ¿Que decías? -preguntó el chico ajustando sus gafas de nuevo
-¿Perdón? ¿Que decías? -preguntó el chico ajustando sus gafas de nuevo
Shoichi- Estudiante
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Fecha de inscripción : 17/11/2010
Re: Cuando no tienes nada que hacer...
Me daba la sensación de que el chico estaba inmerso en su lectura y que no me había oído. Al sentir su respuesta, efectivamente, no me había oído. - Vaya, te apasiona leer, ¿eh? - pregunté divertido, el chico parecía interesante de conocer - Decía que estás leyendo un buen libro, aunque los mafiosos de verdad no es que sean muy decentes~ - dije con una sonrisa burlona. - Pero en fin, cada uno es como es - comenté para decir algo. Se le veía tímido y poco hablador, así que decidí presentarme, para ver si hablaba un poco más. - Bueno bueno, pues nada oye, ya que somos compañeros de mesa de lectura, mejor que nos presentemos, ¿no? Yo soy Angel y estoy aquí porque hoy no tengo nada que hacer, por eso me he buscado un libro de recetas para cocinar luego en casa. - menuda presentación - ¿Y tú, como te llamas y... Qué haces por aquí con el día que hace a fuera?
Angelus Heffernan- Anarquista
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Fecha de inscripción : 13/10/2010
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Re: Cuando no tienes nada que hacer...
Shoichi se quedó mirando al hombre inexpresivo. Bajó la vista al libro y volvió a mirar al hombre. Su expresión daba un aire arrogante, sin embargo no era a propósito. Observó al hombre sin decir nada por unos momentos, dejándole hablar hasta el final. Analizó primero al hombre. Tenía una apariencia peligrosa, los ojos rasgados y una complexión fuerte y masculina. Parecía el tipo de hombre de carácter fuerte y que siempre consiguen lo que quieren. Analizó sus palabras y antes de contestar se hizo un esquema mental de lo que debería decir él. Finalmente torció los labios y levantó una ceja.
-Bueno, no sé si me apasiona, pero lo disfruto...-murmuró en un tono monótono y se encogió de hombros- Los mafiosos no me molestan, tampoco conozco ninguno, así que no sé si son o no buenas personas, no los juzgo. Sobre el libro, es un buen libro, pero hay de mejores, sin duda -Shoichi volvió a acomodarse las gafas. No se daba cuenta, pero estaba empezando a parecer de nuevo un personaje arrogante- Ángel, es un nombre bastante católico, como los ángeles -dijo el chico, para él, pensando en voz alta, como hacia la gran mayoría de las veces- No me gustan los libros de cocina, lo pintan todo demasiado bonito, y luego cuando los platos salen mal te decepcionas -seguía hablando para si mismo sin reparar en Ángel ni lo más mínimo. Recordó después el hecho de que cuando alguien se presentaba, él debía presentarse por educación- Me llamo Shoichi. Estoy aquí leyendo, porque a fuera hay gente, más de la que hay aquí, y no me gusta le gente, o yo no le gusto a ella, o quizá ambas a la vez...-Shoichi volvió a mirar a Ángel, y aunque él, como siempre, no se diera cuenta de nada, no había cambiado el tono de voz en todo el rato, parecía algo así como una maquina... un robot con voz humana. Su expresión seguía siendo la misma que tenía antes de empezar a hablar.
-Bueno, no sé si me apasiona, pero lo disfruto...-murmuró en un tono monótono y se encogió de hombros- Los mafiosos no me molestan, tampoco conozco ninguno, así que no sé si son o no buenas personas, no los juzgo. Sobre el libro, es un buen libro, pero hay de mejores, sin duda -Shoichi volvió a acomodarse las gafas. No se daba cuenta, pero estaba empezando a parecer de nuevo un personaje arrogante- Ángel, es un nombre bastante católico, como los ángeles -dijo el chico, para él, pensando en voz alta, como hacia la gran mayoría de las veces- No me gustan los libros de cocina, lo pintan todo demasiado bonito, y luego cuando los platos salen mal te decepcionas -seguía hablando para si mismo sin reparar en Ángel ni lo más mínimo. Recordó después el hecho de que cuando alguien se presentaba, él debía presentarse por educación- Me llamo Shoichi. Estoy aquí leyendo, porque a fuera hay gente, más de la que hay aquí, y no me gusta le gente, o yo no le gusto a ella, o quizá ambas a la vez...-Shoichi volvió a mirar a Ángel, y aunque él, como siempre, no se diera cuenta de nada, no había cambiado el tono de voz en todo el rato, parecía algo así como una maquina... un robot con voz humana. Su expresión seguía siendo la misma que tenía antes de empezar a hablar.
Shoichi- Estudiante
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Fecha de inscripción : 17/11/2010
Re: Cuando no tienes nada que hacer...
- Vaya, eres buen crítico así que debes de leer mucho~ - deduje al oír al chico. - Y... Angel o Angelus es bastante católico, pero en contraposición tengo mi apellido, Heffernan, que en irlandés significa demonio... Lo que no se es porqué me pusieron este nombre, si por compensar o por hacer ironía... Aún no lo sé y tampoco lo sabré - sentencié. Escuché qué opinaba sobre los libros de cocina - Bueno, esta decepción a mi me anima a repetir el plato hasta que me sale perfecto, es como... un revulsivo. - lo miré fijamente mientras acababa de hablar, no cambiaba de tono de voz y su expresión resultaba... monótona. Que extraño era el chico. - Así que eres poco social... Yo soy lo contrario que tú, a mi me encanta la gente, me gusta hablar, escuchar, mirar, preguntar... - me di cuenta que él aún no había cambiado de cara. Por un momento, me corté. - Err, ahora que sé que no te gusta la gente.. No sé si te estoy molestando o qué... - dije un poco ruborizado. De pequeño me enseñaron buenos modales y me educaron muy bien, es lo que tenía ser hijo de una familia de renombre.
Angelus Heffernan- Anarquista
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Fecha de inscripción : 13/10/2010
Edad : 31
Re: Cuando no tienes nada que hacer...
Shoichi no se molesto en mostrar interés por lo que Angel decía, la verdad era que nunca solía mostrar interés en demasiadas cosas. Sin embargo mantuvo la mirada puesta en él mientras este hablaba. Asintió con la cabeza y mostró una sonrisa pequeña, casi impercetible, que solo verían aquellas personas que realmente se fijaran y aun así dejaría las dudas de si aquello era una sonrisa de verdad.
-Es una combinación curiosa, y yo, lo hubiera hecho irónicamente, pues sería como más... divertido -comentó el chico desinteresadamente- ¿Y porqué no lo sabrás? -preguntó directamente si tapujos ni dudas ni nada.
Escuchó a Angel hablando de él mismo, de su manera de ser, totalmente contraria a la del chico. Quizá en su interior sentí algo de admiración y envidia hacia él, igual que hacia todas las personas de carácter social y libre, pues él era incapaz de serlo, ni social ni libre. Hacía lo que hacía porque se lo ordenaban en el convento y no se atrevía a socializar porque temía hacer el ridículo, ser rechazado y quedarse solo. Le asustaba y entristecía demasiado la soledad, por culpa de la perdida de sus padres, tanto que no quería volver a sentirse rodeado por temor a volver a quedarse solo. Las últimas palabras de Angel consiguieron hacer aparecer una expresión de sorpresa en su rostro. Abrió los ojos y sus pupilas empequeñecieron un poco, dejando a su iris esmeralda más vistoso tras el cristal de las gafas. Entreabrió los labios y negó con un movimiento de cabeza rápido y delicado.
-No... eh... no me gusta trabar amistades con la gente, quizá me hayas mal interpretado por lo que he dicho antes. Estando en la calle hay más posibilidades de que encuentre a alguien con quien socializar y trabar amistad, y eso es lo que no quiero, pues si después de trabar dicha amistad soy yo quien al final no le gusta a la demás gente me quedaría solo de nuevo...-explicó. Se encogió de hombros y volvió de nuevo a su expresión de póquer.
-Es una combinación curiosa, y yo, lo hubiera hecho irónicamente, pues sería como más... divertido -comentó el chico desinteresadamente- ¿Y porqué no lo sabrás? -preguntó directamente si tapujos ni dudas ni nada.
Escuchó a Angel hablando de él mismo, de su manera de ser, totalmente contraria a la del chico. Quizá en su interior sentí algo de admiración y envidia hacia él, igual que hacia todas las personas de carácter social y libre, pues él era incapaz de serlo, ni social ni libre. Hacía lo que hacía porque se lo ordenaban en el convento y no se atrevía a socializar porque temía hacer el ridículo, ser rechazado y quedarse solo. Le asustaba y entristecía demasiado la soledad, por culpa de la perdida de sus padres, tanto que no quería volver a sentirse rodeado por temor a volver a quedarse solo. Las últimas palabras de Angel consiguieron hacer aparecer una expresión de sorpresa en su rostro. Abrió los ojos y sus pupilas empequeñecieron un poco, dejando a su iris esmeralda más vistoso tras el cristal de las gafas. Entreabrió los labios y negó con un movimiento de cabeza rápido y delicado.
-No... eh... no me gusta trabar amistades con la gente, quizá me hayas mal interpretado por lo que he dicho antes. Estando en la calle hay más posibilidades de que encuentre a alguien con quien socializar y trabar amistad, y eso es lo que no quiero, pues si después de trabar dicha amistad soy yo quien al final no le gusta a la demás gente me quedaría solo de nuevo...-explicó. Se encogió de hombros y volvió de nuevo a su expresión de póquer.
Shoichi- Estudiante
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Fecha de inscripción : 17/11/2010
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